Ignacio F. Iquino
Nombre: Ignacio Farrés Iquino |
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Datos personales: Nació en Valls (Tarragona) el 25 de Octubre de 1910 y falleció en Barcelona el 29 de Abril de 1994 (83 años). |
Cónyuge: Juliana San José de la Fuente |
Hijos: . |
Biografía: Director y productor cinematográfico español. Discutido hasta la saciedad desde que empezó a conocérsele como director a principios de la post guerra, Iquino siempre hizo gala de su gran amor por el cine. Aunque lo alternara con el teatro (otro de sus amores) hasta mediados de los cincuenta, el cine siempre fue su razón de ser. “¿El cine?. Lo más importante de mi vida, lo más importante, lo primero. Lo segundo, la mujer, ¡je,je!” le dijo a Isabel Coixet (Sal común). “El cine es mi pasión. Sólo junto a la cámara soy feliz”. El rodaje de una película me alarga la vida “ (Dir. 11.85). José María Nunes, que se formó en IFI, dijo después de su muerte (LV 21.6.94): “Era un gran amante del cine, alguien que le había dado toda su vida. Tenía incluso su dormitorio en la trastienda de sus oficinas”. En una serie de entrevistas radiofónicas, Manuel Del Arco dijo que “convirtió en profesión su hobby”. Sus inicios vienen marcados por una actitud positiva y unos deseos sinceros de hacer obras de calidad aunque siempre pensando en el espectador. Sabía que necesitaba de la técnica para que al público le gustasen sus películas esforzándose en adquirirla y, aunque públicamente pudiese parecer prepotente, se sabe que en privado confesó su inseguridad cuando se enfrentaba con proyectos de envergadura. A lo largo de su vida siempre mantuvo el carácter independiente y emprendedor configurado en su adolescencia. Su obra cinematográfica y teatral, como productor, director, guionista, director de fotografía, en fin, artífice total, no puede desligarse de sus actividades empresariales paralelas. Autodidacta cien por cien, sus producciones se forjaron con una irrepetible mezcla de materialismo, pragmatismo y sentido artístico. Tuvo siempre las ideas muy claras de que para seguir haciendo cine necesitaba ganar dinero con sus películas. “Sin comercialidad no hay continuidad. Si no ganas dinero con una película no puedes hacer la siguiente” (EP 11.5.86). Es por ello, que siempre tuvo en cuenta los gustos del público, o lo que él creía que eran los gustos del público. “No se puede hacer cine de espaldas al público. Puedes hacer la primera pero luego tendrás que robar para pagarte la segunda” (TX 1.2.78). Cuando en el programa Fantasía de Radio Nacional de España, Federico Gallo le censuró que hiciese películas muy comerciales, Ignacio F. Iquino le contestó: .”Si fuese pintor, pintaría un cuadro y no me importaría que no fuese comercial, que solamente lo viesen mis amigos. Una película vale mucho más que un cuadro y si no te devuelve el dinero que te has gastado no se pueden hacer más”. Esta supeditación a lo comercial llegó a truncar finalmente su prometedora carrera como director desarrollada con altibajos, ciertamente, pero con títulos que demostraban su excelente bagaje profesional, superior al de muchos directores famosos españoles. “De haberse limitado a lo que ciertamente le agrada, dirigir películas, contaría con varios títulos excelentes. Pero cuando se es de una manera y el temperamento manda es dificilísimo cambiar” escribió Gómez Mesa (Arriba, 5.8.73). Antonio Liza, uno de sus hombres de confianza en IFI lo justifica (ent. autor): “Iquino hizo películas muy buenas pero la gente no iba a verlas. Entonces aplicó la lógica y se planteó ¿qué quiere el público?. Naturalmente lo sabía y a partir de aquel momento le dio lo que le pedían. Si en Barcelona hubiesen habido tres o cuatro Iquinos, la industria catalana seguiría siendo floreciente”. Sin embargo, su evolución cualitativamente descendente no ha sido la única del cine español. Piénsese en Juan de Orduña (1907) que acabó dirigiendo "Me has hecho perder el juicio"; Rafael Gil (1913), "Las autonosuyas" ; Pedro Lazaga (1918) "¡Vaya par de gemelos!"; José Luis Sáenz de Heredia (1911) "Solo ante el streaking" y Antonio del Amo (1911) "¿Qué pasa contigo tío?" después de las películas de Joselito. Su constante búsqueda de la rentabilidad repercutió en los planteamientos de la mayoría de sus films. Desde siempre se le reprochó la rapidez de sus rodajes. “Ya no me puedo parar” – declaró en 1981 (Sal Común)-. “Tengo un equipo fijo y debo mantener el ritmo de producción”. Es una opinión que confirmó su colaborador José Ulloa (ent. autor) :”En IFI tenía una enorme cantidad de gastos y tenía la obligación de rodar películas sin parar para cubrirlos”. Sin embargo, este es un reproche que ya se le hacía en su etapa de CIFESA, cuando era un asalariado, en que los críticos solían alabarle pero le reprochaban su falta de reflexión y sus excesivas sin pensar que este exceso de dinamismo era parte de su personalidad. Según su amiga Mary Santpere (pags.75 - 85) “Si Iquino está diez minutos sin trabajar llama inmediatamente al médico” Sin embargo, hombre inteligente como era, conocía perfectamente sus puntos débiles “Yo creo que mi defecto y mi virtud cinematográficos se confunden en una misma cosa. El defecto está en que me cansa pronto la obra que realizo. Tengo prisas, siento deseos de acabarla. Quizá porque la que estoy haciendo no me satisface ya. La virtud podría ser la capacidad de trabajo, el nervio, la espontaneidad....” (PP 31.12.44). Solía decir que no planificaba antes de rodar aunque siempre tuviese en mente que debía ajustarse a los condicionantes económicos de sus bajos presupuestos, indefectiblemente por debajo de la media de los del cine español. Su intensa actividad le convirtió después de Pedro Lazaga (también de Valls), Jesús Franco y Mariano Ozores, en el más prolífico director español de post guerra. Desde 1940 hasta su muerte, y, excepto en 1960, 1963, 1964, 1967 y 1970 en que se dedicó por completo a la producción, siempre se puso personalmente tras las cámaras, destacando las 23 cintas que dirigió entre 1941 y 1948 –además de sus actividades teatrales - y las 16 entre 1976 y 1981 (sólo en este último año –a los 71 años- dirigió cuatro).Su vitalidad y una salud de hierro (excepto en sus últimos años ya alejado del cine) le mantuvo siempre en activo. Hay uno ente mil ejemplos que ilustra su tesón. Durante el rodaje de "Oeste Nevada Joe" (1965), el pisotón de un caballo obligó a que le inmovilizaran una pierna lo que no impidió que al día siguiente siguiera rodando como si nada. Su actitud vital la captó Joan Barril (LV 22.6.94) al escribir su necrológica: “La última voluntad de Iquino es un postrer ejercicio de inmortalidad” refiriéndose a su decisión de no hacer pública su muerte de forma inmediata. |
Premios: . |
Filmografía: (86 películas)
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Información de la biografía obtenida en Wikipedia.
Autor Ficha: Gingerlynn
Autor Ficha: Gingerlynn
Productor y director de los más importantes del cine español.
ResponderEliminarYo creo que fue importante en los años 50 y 60 después empezó en cine S con la película abolto criminal y ya no paro de rodar películas parecidas
ResponderEliminarPerdón aborto
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