viernes, 29 de junio de 2018

Ramón Torrado

Ramón Torrado


Nombre: Ramón Torrado Estrada
Datos personales:
Nació en La Coruña el 5 de Abril de 1905 y falleció en Madrid Enero de 1990 (84 años).
Cónyuge:
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Hijos: 
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Biografía:
La extensa filmografía -cincuenta films- de Ramón Torrado Estrada, director coruñés nacido en 1905, constituye un significativo ejemplo de las características y la evolución del «grueso» de la producción hispana durante los cuarenta años del régimen del general Franco. El hecho de que los límites cronológicos de su obra coincidan casi estrictamente con los de la dictadura no deja de ser, en este sentido, una llamativa casualidad.
Llegado a Madrid nada más concluir la Guerra Civil, con cierta formación pictórica y varias exposiciones en su haber, su hermano, el conocido autor de teatro Adolfo Torrado, lo introduce en el mundo del cine como coadaptador -junto a Heriberto Santaballa- para la versión cinematográfica de "Manolenka" (basada en la obra de Adolfo Torrado y Leandro Navarro), uno de los primeros films post-bélicos, producido por Edici y dirigido por Pedro Puche, que comenzó a rodarse a finales de 1939. El año siguiente, Ramón ejerce las funciones de adaptador, asesor técnico y ambientador en otro film basado en una comedia de su hermano, "El famoso Carballeira" (Fernando Mignoni, producción Cifesa-Manuel del Castillo). Estos dos títulos, en tanto que basados en argumentos de Adolfo Torrado, presentan elementos que serán también característicos en gran parte de la obra del futuro director: argumentos folletinescos, melodramáticos y cargados de falso tipismo regional; en resumen, aquellos elementos que ya entonces la crítica teatral definía como torradismo y que Ramón iba a trasladar al cine con innegable espíritu de solidaridad familiar.
Sin embargo, fue la fundación en 1940 de la productora Suevia Films, del también gallego Cesáreo González -y junto con Cifesa, una de las más activas y representativas en las primeras décadas del régimen-, la que iba a brindar a Torrado la oportunidad de dirigir cine y asentarse sólidamente en la industria.
Cesáreo González, que acababa de regresar de Hispanoamérica y había decidido invertir en el cine por consejo de los hermanos Torrado utilizó a Ramón Torrado como «hombre para todo» desde su primera producción, "Polizón a bordo" (1941), para la que recurrió a un cineasta de prestigio como Florián Rey, pero en la que Torrado se iba a encargar de la jefatura general de producción, así como de colaborar en la dirección artística. Similares funciones desempeñó en "Unos pasos de mujer" (1941) y "La rueda de la vida" (1942), dirigidos por Eusebio Fernández Ardavín, escribiendo incluso (junto al que sería su habitual colaborador, Heriberto Santaballa Valdés) el guión de este último, una endeble historia sobre el Madrid bohemio de comienzos de siglo.
Después de ponerlo a prueba tras las cámaras con el cortometraje cómico "Tres maletas y un lío" (1942), interpretado por Elsie, Waldo y Jonhson, González le ofrece la dirección de "Campeones" (1942), film de ambiente futbolístico (que contaba en el reparto con «viejas glorias» como Zamora, Quincoces, Polo y Gorostiza) cuya evidente falta de oficio no impidió un cierto éxito en locales de barriada. De hecho, la recaudación y aceptación popular de un producto rápido y barato como "Campeones" -el primero de toda una serie de films sobre fútbol que se rodarían en los años cuarenta y cincuenta-, iba a marcar de forma decisiva la carrera del debutante director.
El relativo fracaso de la gran producción de Suevia, "El abanderado" (1943), film dirigido por Eusebio Fernández Ardavín y con Ramón Torrado como director general de producción, en el que Cesáreo González había apostado muy fuerte y cuyo augurable éxito de crítica y público se vio frustrado en buena medida por su coincidencia en cartel con "El escándalo" (1943), de José Luis Sáenz de Heredia, film paradigmático del «gran cine español» que el mundo esperaba, llevó al productor al convencimiento de que modestísimas cintas que conectasen con el gusto del gran público debían servir de soporte a otras de mayor coste, ambición y prestigio.
Es en esta política de producción donde puede encontrarse la explicación del tipo de films que Ramón Torrado iba a tener que dirigir hasta romper su relación con Suevia Films a finales de la década de los años cincuenta, tras el rodaje -293- de "María de la O" (1957), una nueva versión del film homónimo realizado por Francisco Elías en 1936.
El adocenamiento y carencia de originalidad de este tipo de cine -enormemente mayoritario en la producción española de aquellos años- se comprueba con facilidad si se observa que entre los cinco largometrajes realizados por Ramón Torrado tras su opera prima puede hallarse el modelo para clasificar casi toda su labor durante las dos décadas en cuestión, e incluso en ocasiones hasta el final de la carrera.
"El rey de las finanzas" (1944), comedia de equívocos con moraleja final escrita por Adolfo Torrado y protagonizada por Miguel Ligero, encabeza toda una serie de comedias blancas, de humor fácil y buenos sentimientos, que el director iría cultivando, sobre todo durante los años cincuenta, en films como "¡Che, qué loco!" (1952), "Nadie lo sabrá" (1953), "Amor sobre ruedas" (1954) o "Un fantasma llamado amor" (1956): argumentos agradables, con guiones poco trabajados y rutinariamente realizados, para el lucimiento de protagonistas que pudiesen, o al menos así se esperaba, despertar el interés del público (el propio Miguel Ligero, José Iglesias «El Zorro», Pepe Blanco y Carmen Morel, etc.).
"Castañuela" (1944), con Gracia de Triana, inicia la contribución de Torrado al musical folklórico andaluz, uno de los géneros que desarrolló con mayor asiduidad. Catorce títulos -incluyendo los tres protagonizados por Manolo Escobar a mediados de los años sesenta- que, pese a los varapalos constantes de la crítica, lograron casi siempre satisfactorios resultados de taquilla. El mayor interés de este conjunto de films reside, sin duda, en los cuatro que siguen a "Castañuela", o sea: "Rumbo" (1949), "Debla, la virgen gitana" (1950), "La niña de la venta" (1951) y "Estrella de Sierra Morena" (1952), ya que se trata de los primeros intentos de cine en color realizados en España utilizando el sistema Cine foto Color, inventado por el catalán Daniel Aragonés.
"Rumbo", en concreto, del que sólo se conservan fragmentos, fue el segundo film español en color (si se exceptúan dos largometrajes de animación: "Garbancito de la Mancha" [1942-1945] y "Alegres vacaciones" [1945-1948], realizados por Artur Moreno y producidos por Balet y Blay), tras el hoy desaparecido "En un rincón de España" (1948), de Jerónimo Mihura. De calidad limitadísima incluso en fases de mayor desarrollo, en 1949 sus condicionamientos técnicos afectaban incluso a la puesta en escena, obligando a un estatismo que ocultase los molestos desenfoques en movimientos rápidos. El film, producido por Cinematográfica Madrileña y Hughet-Selecciones Capitolio, debido a un pasajero enfrentamiento de Cesáreo y Torrado por motivos económicos, estaba basado en la famosa obra de León y Quiroga y su pretensión no era otra que la de sacar partido al interés del público por ver en color los más típicos ambientes sevillanos (el Rocío, la Feria de Abril, la Maestranza). La operación fue, sin embargo, altamente rentable, ya que el éxito económico se vio favorecido por un crédito del Sindicato muy superior al habitual (1.200.000 pesetas) y un general respeto de la crítica de la época, que elogiaba el esfuerzo patrio por situarse en la vanguardia europea del color. El film constituyó, además, una buena palanca de lanzamiento para Paquita Rico, que repetiría numerosas veces con Ramón Torrado.
Los mismos productores confiaron a Ramón Torrado, el año siguiente, la dirección de "Debla, la virgen gitana", que consiguieron colocar en una sesión benéfica en el Festival de Cannes de 1951 para venderlo en España como la primera producción nacional solicitada oficialmente para participar en un certamen de esas características. "La niña de la venta" y "La Estrella de Sierra Morena" son ya producciones de Suevia que, una vez devuelto Torrado al redil, consiguió con ellas los primeros éxitos cinematográficos de Lola Flores, a la que por esas fechas tenía contratada en exclusiva.
Dejando al margen lo andaluz, el melodrama regional (preferentemente gallego) se inicia con "Mar abierto" (1946), sobre argumento original de Adolfo Torrado, y es uno de los modelos donde se aprecia con mayor nitidez el «anclaje ideológico» de la filmografía del director. En el film de 1946, o en el posterior, "Sabela de Cambados" (1948) apenas nos llama la atención -por ser elementos definitorios del cine regional franquista, denominado con acierto «costumbrismo almidonado»- la forzada pulcritud de decorados y vestuario, la bondad innata de los «buenos paisanos» y la presencia obligada de Coros y Danzas y trajes regionales. Incluso -no estaba el horno para bollos- podemos valorar en lo posible determinados pasajes aceptablemente trazados, sobre las actividades cotidianas de los pescadores. Todo ello, eso sí, adornando un imposible argumento, puro «torradismo», de pescadores nobles, mujeres santas o adúlteras, usureros sin escrúpulos -éstos sin acento gallego- e intervención de la Virgen (que centra la acción desde el mismo inicio del film) para solventar todos los males.
Mucho más chirriante y lastimoso resulta comprobar como, veintitrés años después, "Más allá del río Miño" (1969) repite exactamente los esquemas estéticos e ideológicos citados: labradores siempre limpios, tractores recién salidos de fábrica y vacas lustrosas, «arregladas para la ocasión» y conducidas por la sabia mano del inefable Xan das Bolas. Todo ello como fondo visual para una historia donde el héroe-campesino (guapo y culto -había estado en América-) tendrá que enfrentarse, por el amor de la recatada maestra, al sucio-campesino envidioso y a la fuerte tentación de una alocada sueca, creando un conflicto que únicamente la oportuna labor del apóstol Santiago, en cuya catedral concluye el film, será capaz de solucionar.
Idéntico proceso de anquilosamiento, pero interesante tanto por el enorme éxito obtenido como por las repercusiones en la carrera del realizador gallego, puede advertirse en la «serie» de "Botón de ancla" (1947) y sus secuelas.
Basado en un argumento del capitán de corbeta José Luis de Azcárraga, que llegó a publicar como relato corto y que al parecer fue escrito en colaboración con Torrado, amigo personal del autor, "Botón de ancla" iba a suponer el primer gran triunfo de Ramón Torrado, obteniendo el segundo premio del Sindicato del Espectáculo y la categoría de Interés Nacional.
Intuyendo que las peripecias de tres cadetes en la Academia Naval de Marín, en un tono cercano a la comedia militar norteamericana con ciertas dosis inevitables de exaltación del ejército, podría suponer un revulsivo a las encorsetadas producciones militares del primer cine franquista, Cesáreo González y Ramón Torrado intentaron apuntalar el previsible éxito de taquilla con un reparto en el que destacaban Antonio Casal y Jorge Mistral, junto al joven valor Fernando Fernán Gómez, que comenzaba entonces a despuntar.
Sin embargo, existía un cierto recelo sobre las posibles reacciones del régimen ante un film que -por primera vez- intentaba humanizar un poco la vida militar. Esa inseguridad provocó una autocensura de sus autores, quienes eliminaron del guión cualquier detalle humorístico que pudiese ser visto como excesivo. Así las cosas, la respuesta oficial fue de total apoyo: "Botón de ancla" se estrenó en sesión de gran gala, patrocinada por el Ministerio de Marina, el 13 de enero de 1948 en el Cine Avenida de Madrid, y fue muy del agrado de Franco, que llegó a invitar al productor y a Ramón Torrado al Palacio de El Pardo. También la reacción de crítica y público fue arrolladora. El hecho de que el film se mantuviese en cartel en el local de estreno durante casi un mes, en unos años en que la gran mayoría de las producciones españolas no solían aguantar siquiera una semana, es suficientemente elocuente, y no menos lo son los unánimemente laudatorios comentarios de las revistas cinematográficas de la época, que destacaban sin excepción la sencillez y el ágil ritmo de la narración, debidas al «concepto exacto del cine de Ramón Torrado», la hábil mezcla de comedia, drama y documental, así como la españolidad del tema.
No obstante, aparte de la inyección de dinero que supuso para las necesitadas arcas de Suevia Films y de una efímera elevación del estatus crítico de Torrado, el éxito de "Botón de ancla" iba a ser utilizado por el realizador de la manera más sencilla pero menos imaginativa, limitándose a hacer del argumento de Azcárraga la base para un conjunto de títulos ("La trinca del aire" [1950], "Héroes del aire" [1957], "Un paso al frente" [1960] y "Los caballeros del Botón de ancla" [1974]) que, variando ligeramente las situaciones y cambiando los cuerpos del ejército, intentarían una y otra vez asegurarse un éxito que, sin embargo, nunca volvió a ser -si lo hubo- de la misma magnitud.
Tras un segundo alejamiento de Ramón Torrado y Suevia Films, entre 1954 y 1955, que el director dedicó a rodar cuatro cintas folklóricas: "Malvaloca" (1954), tercera revisión de la obra de los Quintero, producida por Ariel y distribuida por Cifesa; "Amor sobre ruedas" (1954), comedia musical producida por Perojo para Cifesa, y las más flojas "Suspiros de Triana" y "Curra Veleta", ambas de 1955 y con Paquita Rico, el realizador concluirá su relación laboral con Cesáreo González con cuatro films más entre 1956 y 1958. Los ya citados "Un fantasma llamado amor" (1956), "Héroes del aire" (1957) y "María de la O" (1958) responden estrictamente a los planteamientos expuestos; el otro, "Las lavanderas de Portugal" (1957), coproducción entre Suevia Films y Films Univers (productora francesa) se aleja mucho del cine de Torrado, quien apenas tomó parte en el rodaje, siendo realmente su único director Pierre Gaspard-Huit, aunque ambos compartan la autoría en los créditos de la cinta.
El final de su labor para Suevia (en 1958 aún aparecerá, por obligaciones sindicales, como director adjunto en los créditos de John Paul Jones, de John Farrow, primera producción española de Samuel Bronston, con la colaboración de Suevia Films) va a suponer un brusco corte en la carrera de Ramón Torrado. En 1958 y 1959 realiza como independiente, junto a Jesús Sáez como coproductor, y gracias a los acuerdos firmados por España y Alemania para colaboraciones cinematográficas, dos cutres films de aventuras basados en relatos del escritor germano Karl May: "Caravana de esclavos" (1958), en el que Torrado dirigió la versión española y Georg Marischka la alemana, y "En las ruinas de Babilonia" (1959), rodados ambos en Aranjuez.
El cambio de década iba a traerle suerte a Torrado, ya que tras rodar para Naga Films uno de los remakes de "Botón de ancla", "Un paso al frente", aprovechando la reciente creación en Alcalá de Henares del Cuerpo de Paracaidistas, funda, con Eduardo Manzanos, el músico Manuel Parada y el fotógrafo Ricardo Torres, la cooperativa Copercines, con la que cosechará el segundo gran éxito comercial de su filmografía.
En pleno auge del cine religioso, que habían cultivado con éxito directores como Rafael Gil ("La Señora de Fátima" [1953], "El canto del gallo" [1955]) o Luis Lucía ("Molokai" [1959]), Torrado aprovecha un oportuno guión de Jaime García Herranz, sobre la vida del fraile de color peruano Martín de Porres, para llevar a cabo su breve pero fructífero paso por el sensiblero y lacrimógeno subgénero del cine español, con "Fray Escoba" (1961). De gran repercusión en España y Sudamérica (donde la distribución corrió a cargo de Cesáreo González, que había adquirido los derechos por 25.000 dólares), el éxito fue aprovechado de inmediato con otro film religioso también protagonizado por René Muñoz: "Cristo Negro" (1962). Ambientada en las revueltas independentistas africanas, al protagonista, como señalaba la crítica de Primer Plano, «se le coloca en la tesitura de ser traidor a su raza o ser traidor a su fe» venciendo, como es lógico, su profunda convicción católica, inculcada por el caritativo y blanco misionero español.
Si un film en el cine español puede considerarse paradigmático de una rápida y oportuna transmisión entre subgénero y subgénero (aquí, del cine religioso al naciente spaghetti-western), ese es, sin duda, "Bienvenido padre Murray" (1963), Rodado cerca de Torrelodones, fundía la más ramplona parafernalia y violencia del spaghetti con la superficial espiritualidad de su anterior cine religioso «con negro», pudiendo titularse, como bien apuntó Vicente Vergara, «Fray Escoba en el Oeste». Aunque no se llegaron a realizar las dos secuelas previstas del film, Torrado encontró rápidamente historias alternativas para rodar -una auténtica producción en serie en un periodo de apenas un año- sus tres contribuciones personales al género; "Relevo para un pistolero" (1963), "Los cuatreros" (1964) y "La carga de la Policía Montada" (1964).
Tras su «aventura americana», el más castizo Manolo Escobar iba a convertirse en el último gran aliado de Ramón Torrado. Reproducción esencialmente exacta del musical de los años cuarenta y cincuenta (con el color y el scope como únicas novedades), la popularidad del cantante hace de "Mi canción es para ti" (1965) uno de los films más taquilleros de la época (con una recaudación hasta 1976 de más de sesenta y siete millones de pesetas), al que siguen, con recaudaciones menores pero aun importantes, "Un beso en el puerto" (1966) y "El padre Manolo" (1966), todos ellos producidos por Arturo González tras llegar a un acuerdo con Alfredo Fraile, que tenía contratado a Escobar en exclusiva.
A partir de aquí Torrado inicia su declive en picado. Si hasta el momento había logrado mantenerse, aun con serios altibajos, en una más que aceptable situación dentro de este tipo de producciones, el cambio de los tiempos, la relativa apertura del régimen y la propia evolución del cine español a finales de los años sesenta, iban a hacerle perder definitivamente el olfato. Incapaz de subirse al tren del landismo, sus últimas cintas, si se exceptúa "En un mundo nuevo" (1972), codirigido por García de la Vega, gracias a la intervención de Cesáreo González Producciones, que aprovechaba el éxito eurovisivo de Karina, son no sólo estrepitosos fracasos en taquilla (los ya citados "Más allá del río Miño" y "Los caballeros del Botón de ancla", u otros como "Montaña rebelde" [1971] o "Guerreras verdes" [1975]), sino también anacrónicos y lastimosos intentos por volver al pasado, a su irrecuperable «universo» del ancla y la pandereta.
Sin valorar el círculo perfecto que hubiese resultado su filmografía tras su postrero retorno a Marín, Torrado tuvo fuerza todavía para rodar, en 1977, "Pasión inconfesable", un mísero film de «destape» con Agatha Lys, que apenas si llegó a estrenarse.
Pero no le sentaban bien los nuevos aires y su retirada en 1977 nos permite no tener que citar otros subproductos realmente inconfesables.
Premios: 
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Filmografía: (50 películas)
  1. Tres maletas y un lío (1942) (corto)
  2. Campeones! (1943)
  3. El rey de las finanzas (1944)
  4. Castañuela (1945)
  5. El emigrado (1946)
  6. Mar abierto (1946)
  7. Botón de ancla (1948)
  8. Sabela de Cambados (1948)
  9. Rumbo (1949)
  10. Debla, la virgen gitana (1951)
  11. La Niña de la Venta (1951)
  12. La trinca del aire (1951)
  13. La Estrella de Sierra Morena (1952)
  14. Pluma al viento (1952)
  15. Ché, qué loco! (1953)
  16. La alegre caravana (1953)
  17. Nadie lo sabrá (1953)
  18. Amor sobre ruedas (1954)
  19. Malvaloca (1954)
  20. Suspiros de Triana (1955)
  21. Curra Veleta (1956)
  22. Siempre en la arena (1956)
  23. Un fantasma llamado amor (1956)
  24. Héroes del aire (1957)
  25. Las lavanderas de Portugal (1957)
  26. María de la O (1957)
  27. Caravana de esclavos (1958)
  28. En las ruinas de Babilonia (1959)
  29. Un paso al frente (1960)
  30. Ella y los veteranos (1961)
  31. Fray Escoba (1961)
  32. Cristo negro (1963)
  33. Bienvenido, padre Murray (1964)
  34. La carga de la policía montada (1964)
  35. Los cuatreros (1964)
  36. Relevo para un pistolero (1964)
  37. Mi canción es para ti (1965)
  38. Clarines y campanas (1966)
  39. El Padre Manolo (1966)
  40. Un beso en el puerto (1966)
  41. Lío en el laboratorio (1967)
  42. Amor a todo gas (1969)
  43. Con ella llegó el amor (1969)
  44. Educando a una idiota (1969)
  45. Más allá de Río Miño (1969)
  46. La montaña rebelde (1971)
  47. En un mundo nuevo (1972)
  48. Los caballeros del Botón de Ancla (1974)
  49. Guerreras verdes (1976)
  50. Pasión inconfesable (1978)
Información de la biografía obtenida en Ramón Torrado, un asalariado del cine bajo el régimen de Franco y en Wikipedia.
Autor Ficha: Gingerlynn

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